Agustín Squella - Constituyente Distrito 7
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28/06/2021

Agustín Squella, convencional constituyente electo en la lista del Apruebo por el distrito 7 en un cupo del Partido Liberal, confidencia que colaborar en la redacción del texto general de la nueva Constitución es un «desafío tan simple y a la vez tan alto y exigente como estudiar, debatir, concordar, redactar y proponer al país una nueva Constitución. Vea usted cuántos verbos hay allí».

Dentro de las muchas responsabilidades que le ha tocado asumir, el abogado de la Universidad de Chile y académico de la Universidad de Valparaíso fue también rector de esta última casa de estudios en dos periodos, asesor cultural durante el gobierno de Ricardo Lagos y uno de los impulsores del Consejo de la Cultura, hoy convertido en ministerio.

«El Consejo fue el resultado de muchas voluntades, partiendo por los propios actores y agentes del mundo cultural, quienes en 2003 repletaron la tribuna del Senado para conseguir que el proyecto que se había caído en la Cámara de Diputados pudiera ser repuesto y continuar su tramitación», recuerda.

En este contexto, aprovecha de señalar sobre la materia que «en la nueva Constitución, como parte de los derechos fundamentales, estarán ciertamente los derechos culturales y estará también patentizado el deber del Estado con el desarrollo cultural del país».

Squella acota que su postulación a la Convención la sintió «algo así como un deber», dice, «parecido a lo que me aconteció en 1990 cuando postulé a rector de la Universidad de Valparaíso».

Nunca pensé en ser rector y tampoco imaginé que alguna vez iba a participar en el estudio y redacción de una nueva Constitución. Conmigo ocurre que cosas como esas me pasan antes que las busco».

Hoja en blanco

Uno de los debates previos a la Convención ha sido la «hoja en blanco», y qué papel deben desempeñar en su redacción los textos de 1925 y 1980.

«Nuestras constituciones anteriores estarán sobre la mesa, lo mismo que la doctrina y jurisprudencia constitucional de un país que tiene más de 200 años de vida independiente, como lo estarán igualmente las constituciones, doctrina y jurisprudencia de otros países», opina Squella al respecto.

«No estamos solos en el mundo ni tampoco en el momento fundacional de la República de Chile», agrega.

En cuanto a los pueblos originarios, el jurista pide «reconocimiento del carácter plurinacional del Estado chileno». Y también es claro en materia ecológica: «Principios más severos de protección medioambiental y, más aún, de asunción del hecho de que la especie humana, formando parte de la naturaleza, tiene una responsabilidad principal con el presente y futuro de ella y del planeta».

Legitimidad

Squella además ha sido enfático en su llamamiento al diálogo en medio de la fragmentación al interior de la Convención, sobre todo con miras a la legitimidad del cuerpo y sus resultados.

«La Convención Constitucional es tanto más legítima en cuanto mayor es la diversidad de su composición. Pero diversidad es una cosa -buena por cierto- y fragmentación otra -mala desde luego-«, afirma.

«Habrá grupos al interior de la Convención, aunque espero que no bancadas, y ojalá no grupos cerrados sobre sí mismos, sino en permanente comunicación con los demás y con aquellos constituyentes que pudiéramos estar fuera de todo grupo en particular. Si hay desconfianza con la clase política, el ideal sería que los constituyentes nos pareciéramos lo menos posible a ella», sostiene.

Y advierte:

«Tenemos una tarea política entre manos –una nueva Constitución-, pero no por ello tendríamos que replicar los narcisismos, los protagonismos, el inmediatismo, el egoísmo, los enconos y el cortoplacismo que corroen muchas veces la actividad política común».

Líder de la CC

Finalmente, en cuanto a la persona llamada a liderar el organismo, opinó que deberá ser «el hombre o mujer que concite la mayor aprobación sobre la base de su formación, trayectoria y cualidades para el cargo, entre las cuales habrá que contar la serenidad, la paciencia, el espíritu de diálogo, la tolerancia, y una capacidad de mediación y articulación entre diferentes posiciones».

Squella, como representante regional, además apoyó la idea de sesiones en regiones. Y estimó que la sede principal debe ser en Santiago, pero no única.

En ese sentido apoya una itinerancia por el territorio nacional, «pero bien programada y ejecutada y no meramente simbólica». En Valparaíso se imagina realizar esto «en el Parque Cultural del cerro Cárcel, por ejemplo, que cuenta con un espléndido auditorio y salas anexas para reuniones».

En este ámbito, Squella concluye que la nueva Carta Magna debe «asegurar el cumplimiento de una de las promesas más largamente pendientes en la historia de nuestro país: la de una efectiva descentralización».