Agustín Squella - Constituyente Distrito 7
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3/11/2021

Señor Director:

Muchos se preguntan por qué la Convención Constitucional no inicia aún su trabajo de estudiar, debatir y acordar disposiciones de la nueva Constitución, y la respuesta es muy simple: se trata de un organismo que no tiene precedente en la historia de Chile y que se constituyó sin más reglas previas que las muy pocas que, aprobadas por el Congreso Nacional, están en el origen de ella.

Es por esa razón que la Convención tuvo que partir por darse unas normas provisorias en tal sentido y dedicarse a la preparación de un reglamento interno que se conocerá no más allá del 10 de septiembre próximo. Un reglamento que establecerá reglas acerca de la estructura y órganos de la Convención, administración interna, métodos de trabajo, y proceso de formación de las futuras normas constitucionales.

Con motivo del trabajo que actualmente hace la Convención se anticipa en cierto modo el que hará cuando cuente ya con su reglamento de funcionamiento y pase a ocuparse de lo más sustantivo de su trabajo: estudiar, debatir, concordar, redactar y proponer al país un nuevo texto constitucional. Así, por ejemplo, en distintas comisiones provisorias – de derechos humanos, de participación, de ética, de descentralización, de pueblos originarios – se han ido decantando propuestas directamente relacionadas con el futuro reglamento interno, pero también, y de manera espontánea y comprensible, con contenidos de la nueva Constitución. En esto, por lo mismo, se anticipa y se prepara en parte el trabajo por venir.

Con las audiencias públicas tenidas por las distintas comisiones provisorias – varios centenares de aquellas – se adelanta también en una modalidad de trabajo que adoptarán más adelante las comisiones temáticas permanentes que tendrá la Convención. Comisiones estas que se ocuparán de materias o capítulos de la nueva Constitución antes que estas lleguen al pleno, órgano directivo y deliberativo superior de la Convención. ¿Por qué no se esperó a que estuvieran constituidas las comisiones temáticas para iniciar las audiencias públicas? Porque el principio de participación exigía hacerlo ahora, de entrada, y no solamente como una señal – un propósito político siempre débil –, sino porque se quería acercar a la comunidad que formamos como país a las tareas de la Convención, tomando nota y reflexionando acerca de lo que una multitud de voces diversas tiene siempre que decir en una sociedad abierta y plural.

Y ha existido otro beneficio: es cierto que al trabajar inicialmente en comisiones provisorias, los 155 constituyentes nos hemos encontrado apenas una o dos veces por semana. Pero las reuniones diarias en grupos más pequeños y con una composición bien plural desde el punto de vista de las concepciones e ideas de sus integrantes, han permitido que estos se conozcan mucho mejor e instalen, por así decirlo, a escala, un clima de trabajo no exento de discrepancias, aunque también armonioso y eficiente. Nunca hay que restar valor al factor humano en cualquier tarea de interés colectivo en la que participa un alto número de personas.

El partido constitucional propiamente tal todavía no ha empezado, pero los jugadores están precalentando. Esto último cuando menos, porque se trata de algo más que de un simple precalentamiento en camarines. Están ya todos en la cancha, moviéndose y ensayando jugadas para el encuentro próximo a comenzar. Un partido que no se parecerá tanto a los que se disputan entre equipos rivales que tratan de derrotarse uno a otro cuando a un espacio de conversación, debates y acuerdos en medio de las diferencias, las mismas que existen en la sociedad chilena.

Y en cuanto a las funas de que empiezan a ser objeto algunos convencionales por votar en conciencia y no como esperan quienes los insultan por redes sociales, habría que recordar a estos el pensamiento de John Stuart Mill: el 99% de la sociedad, si tuviera una sola opinión, sería tan injusta impidiendo que hablara quien tiene la única opinión discrepante, como lo sería este último, en caso de tener poder suficiente, si impidiera que hablara ese 99%.